Devuélveme

Devuélveme
a mis ventanas abiertas
de claridad destinada.
A mis noches secretas
de Lunas celestes.
A mis caminos de tierra
silbando alegrías.
A mis líneas guardadas
en mi usado papel.

Devuélveme
a mis locuras de vuelo
y cantar matutino,
o al comienzo de una lágrima
que descansa en Auroras.
A mi verdad derrumbada
por serpientes de odio.
A mis calles lloradas
que me vieron nacer.

Devuélveme
al creer de mis rosas
sin esencias marchitas,
o a la muerte desnuda
sin los espantos de tu mundo
que la volvió enemiga.
Al oleaje de mi pecho
golpeándole a la vida.
A los errores,
o al querer vivir
sin tus secas mentiras.

Devuélveme
al viento que sacudió a mis olas
entre el mar y el cielo.
A mi aprender sin remordimientos.
A mis manos vacías,
pero a mis silencios llenos.
A mi locura
para envejecer Primavera,
aunque, cada pedazo de mi ser,
vistieras de Invierno.

Devuélveme
al arder de mis palabras
en su mojada intimidad.
A mis páginas blancas
sin tus lecciones hirientes.
A mi andar por mí misma.
Al saber del color...

Devuélveme
ladrón de vidas ajenas,
de caminos sin penas.
De perverso canto
germinando, engañoso,
a quien te oye o te espera,
en tus invisibles tierras.
Hambriento de flores.
Inventor de estrellas.
Cargado de dulces letras...
Engañosa llave de puertas.


Devuélveme
a mi olvido, a mi esperanza.
A mis carcajadas venideras
o a mis pañuelos violetas.
A mi escribir entre cenizas
aun machacada con piedras.
A mi Alma sin fatiga.
A mi incierta, rebosante
o incertidumbre viajera.


Devuélveme
a jugar en las esquinas.
A mi infancia de libros abiertos
donde la imaginación imagina,
donde la imaginación no frena,
donde la imaginación respira.


Devuélveme a mi casa.

Devuélveme a mi vida.



Foto extraída de Google

Puedo escribir

Puedo escribir que sentí en mi alma
la luz amarilla de las espigas
en un mes de Enero.
Que la noche me rodeó
entre invisibles brazos
para ir desgranando, de a poco,
mis atormentados sueños.

Puedo escribir que anduve
en el movimiento blanco de las olas
o en la presencia del azul del cielo.
Que regresé a la aguas marinas
o a las calles que perdí.
Que vestí mi cuerpo de traje limpio
deshaciéndome de amores errantes,
que como arcilla, moldearon mi cuerpo.

Puedo escribir que derribé un mar hostil
abriendo mis alas,
luchando contra la fuerza de ese viento vivo
que te cierra espacios.
Y me crecí en esas otras vidas
para  llegar florida a ésta,
que hoy me hace ser
pobre en preguntas, pero rica en respuestas.

Puedo escribir que regresé del orgullo
huérfana de él,
pero Hija del volver humilde,
donde pude expulsar ese sentimiento
sin tristes agonías,
reviviendo en esa paz que creía abandonada;
y me detengo a observar ese resplandor
y puedo decir, que aún siento
emocionados nudos en mi garganta.

Puedo escribir de flores secretas,
de corrientes de frío aire que congelaron mi alma,
o de una hermosa puesta de Sol
con cuatro pisadas en la blanca arena de una playa,
reviviendo la belleza del cielo
o la claridad del viento.
Que conviví con las mentiras y las verdades.
Con el pensamiento y el sentimiento,
siendo mi cobardía amar sin paredes,
amar desnuda...
abandonándome a lo incierto.

Puedo escribir que hoy quizás sea
hermosa arena en un duro suelo,
o que me abandoné, asustada,
para morir amargamente
o que me miré hacia adentro y sólo vi
el tejer de mi propia  mortaja.
Que el bosque de los cisnes en los que soñé
no era más que un grito vestido de dragones.

Puedo escribir...

Pero hoy no quiero...
Hoy sólo quiero ser nave de mis escritos "Puedo...".



Foto extraída de Google

Soy sobreviviente

Soy sobreviviente
de la falsa luz
que me hizo caer
en el pozo de la desdicha.

De los sostenidos dolores
con los que crucé
tus caminos no certeros.

Y andé...
andé por los olvidos
para no abrirlos
y alejarme de mí misma.

Y en ese caminar
de primavera muerta,
volví, sin rumbo, a la vida
cubriendo mi desnudez con lo que soy.

Y andé...
andé entre extraviadas sombras
de mi pasado,
pero sin resucitar inviernos.

Dejando atrás auroras boreales.
Firmamentos nocturnos
o la hermosura de la oscuridad.

Acumulé despertares
rompiendo recuerdos.
Pasé de puntillas por mi juventud
para que no me atrapara el tiempo.

Ese que no avanza
y te aguarda en el ayer,
invitando a quedarte.

Pero aun, con el alma deshecha
y vestida de lágrimas...

Y andé...
andé entre escalofríos
y un corazón cansado,
disfrazándome en odio para renacer en olvido.

Haciéndoles creer Piedra
o un ser armado de cuchillos
apoderada por la locura,
Mendigando existencia.

Provocando iras en aquel
que sólo supe que iba a oír y creer,
Y así fue...
creyó de mis palabras
el origen de sus sangradas lágrimas.

Y andé...
andé sin que nadie supiera
de mis travesías desmoronadas.
De mis cielos rotos.
De mis pies cansados.
De que mis raíces no habían cambiado.
De mi disfraz de ira
para que su latir descansara en Auroras,
a las que hice sentir
sin cerraduras que matan al alma.

Y así...sobreviví.

Y sobreviví porque andé
y al andar,
me costó poco aprender a morir.


Nota: Aclarar que "andé", aunque no es correcto ya que debiera ser anduve, mira por donde, en mi poema yo quise ese incorrecto "andé".
Un saludo mis queridos amigos y amigas.



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Erra el amor cuando vive ciego

Erra el amor
cuando vive ciego,
cuando el mar de la verdad
no son más que barrotes inútiles.

Cuando su canto,
no es más que un ímpetu amargo
o un grito perdido
que corta la pureza del sentir.

Erra el amor
en la ceguera herida,
por piedras bravías
del poderoso que acarició, con rocío,
para ocultar sus espigas.

Y en ese Otoño,
de mar apagado,
de luz quebrantada
estremece, inmóvil, el vacío.

¡Pobres ojos
que no han descubierto
la tristeza de morir de a poco!,
pues la ceguera del amor
no entiende de corazones sin recuerdos,
del frío temblor del aire
o de dolores que cambian al alma.

Erra el amor
cuando vive ciego,
a la espera de vestidos celestes
o a los regalos violetas del viento
que con sus aromas,
creen volverte a la vida.




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