Las aguas de tus ríos

Llegaste tan temprano a la vida
que sin nacer, ya habías nacido
y te coronó el viento con la nana
de la grandeza,
cuando caía el cielo derramando
su noche.

Levantaste tus brazos,
como tallos de rosas sobre la tierra, 
y yo aspiré tu aroma,
me olvidé de la humedad salada
que, por momentos, mojaba mi rostro.

Canté con tu llanto,
porque de tu noche nacida,
recogí el día, la voz de la tierra muda,
los descansos de mi seguir en mi viaje,
la tinta de mis hojas muertas...

Y te miro,
y agarras mi dedo con fuerza,
y yo formo la luna en tu mano
y me pierdo amándote, y me sorprendo
en tus designios.

Me has recibido como alma crecida, 
y yo sólo sé arrullar tu llegada,
no cabe tu vida en mis brazos
y ruego ayuda a mis sentires
para ser digna de tu amor.

Y en mi silencio vivo
reclamo de tu ternura y me inundas,
porque vas más allá de todo,
tú que naciste en horas, 
y yo que en años ya nací.

Y en este camino incierto aquí estoy, 
aquí estaré...
Siendo tuya en el lecho de mi pecho.
Siendo "mía", en la sangre de mis venas.

Te he alumbrado, alma de "mí" alma,
aun te negara la existencia el que no debe.
Sola recogí la siembra 
sin rabia que apriete el corazón.

Y ahora, en este silencio
donde te sostengo, 
donde celebro y me precipito en lo azul,
acude sonoro tu sueño 
con la destreza del viento que canta.

Y te miro, y te acaricio y te siento.
Y me miras, y me acaricias y me sientes,
y me hace mar las aguas de tus ríos.

La imagen puede estar protegida por derechos de autor
Foto extraída de Google.



Los espacios que ocupo

Unas veces vivo entre el movimiento
del mar en la orilla,
otras, entre los amaneceres que alimento
con interrogantes,
hasta sentir que el silencio aparece
por cualquier lado (la silla de las respuestas,
                            casi siempre, está vacía).

Es entonces cuando salgo alguna parte,
sin querer llegar a ningún sitio,
y en ese transcurso de ir sin querer,
me desnudo ante mí,
y pasa el corazón lavado de primavera
donde nací con la fragancia del ser.

Y ocurrió que,
ocupé espacios en el desconsuelo y la soledad,
pero aprendí a ser puerta abierta
al pájaro de la imaginación.
Lavé mi piel con espuma de mar,
aun los arrecifes sangraran mis carnes.

Invadieron mis despertares,
y me tocó bailar al son de ese viento
que hiela el alma,
y vestí los silencios de silencios
y con silencios, haciéndome rosa de piedra.
Y aún así, seguí viniéndole al mundo
(ya se encargará el tiempo dormido
 de despertar a la guadaña).

Nunca me fatigué por mirarme a los ojos,
pues quise ver en ellos los verdes y los azules,
y me descubría vestida con la fragancia del jazmín,
aunque mis raíces no se alimentaran del jugar en las esquinas.

A veces salgo alguna parte, sin querer llegar a ningún sitio.


Fotografía propia. Nº Registro: 1605097469526




Premio LIFEDREAMS




María del Socorro Duarte, con motivo del tercer aniversario de su blog, ha instituido el Premio Presentimientos LIFE DREAMS  como un reconocimiento para aquellos compañer@s que aportan un contenido más que interesante en Google +.

He tenido el maravilloso honor de recibir éste Premio de las manos del compañero Isidro Cristóbal del Olmo, Gracias Isidro por tu nominación, gracias por lo que aportas.

Nota: Quiero agradecer a mi querida amiga Rakel Relatos que también me nominó a este premio. Gracias de todo corazón.

Normas para recibir el premio:

  1. Agradecer públicamente a la persona que te nominó.
  2. Lucir la imagen del premio en tu blog.
  3. Nominar a 10 Bloggers que, a vuestro juicio, aporte contenido interesante a la Blogosfera.

Mi nominados son:



Resurgir

Dejadme, oscura noche,
en los márgenes de los claros del día,
para regresarme, paso a paso,
por el camino que olvidó primaveras.

Y hablarle a mi boca callada,
que las soledades aprendí que resbalan
y se hacen agua en los ríos
y se salan en la mar poderosa.

Dejadme, ¡oh sombras del pasado!,
contar mis amaneceres,
sin horas que maten mis horas,
sin nieblas que espesen mi senda.

Y que miren las calles sombrías,
con sus relámpagos de aullido enlutado,
pues ya no siento tempestad temida.
Me volví vendaval iracundo.

¡Dejadme, carcoma de recuerdos!.
Dejad que me llore para llorarme,
que me sobreviva para vivirme,
que me llueva para mojarme.

Y que el tiempo me navegue
para no volverme a morir noche oscura,
sin alba, sin ocaso, sin atardeceres...
porque la ventana desde donde
vestían quebrados mis caminos,
hoy ya no ampara crujidos,
pues ni abandera desdichas,
ni cobija martirio.

Me he abierto a la luz de la vida
para sentir la estación de lo verde,
Corre sangre, soy nombre... he nacido.
Mía es la puerta, mía es la llave... mío el camino.

Foto de dominio público